domingo, 24 de junio de 2012

El Buen Vivir de los pueblos originarios como alternativa a la crisis actual

El Buen Vivir de los pueblos originarios como alternativa a la crisis actual

Pensamiento en Espiral





El Buen Vivir de los pueblos originarios como alternativa a la crisis actual



Nos toca vivir- si queremos o no- un momento liminar, es decir estamos en el umbral de una época que se está terminando y otra nueva aún poco perfilada y delimitada. Históricamente estamos en el momento del post-neoliberalismo, el que ha iniciado el ocaso del paradigma occidental como cultura universal. La actual crisis civilizatoria nos está abriendo los ojos para descubrir que este modelo industrialista y depredador no puede ni debe continuar. Era un paradigma que se ha basado en la explotación de la naturaleza, en la identificación con un Vivir Mejor acumulando capital y bienes materiales a costa de los demás. Está propagando un consumo ilimitado; y todo lo justifica con una ideología de desarrollo y progreso ilimitados y  monodimensionales. Este paradigma civilizatorio occidental con su individualismo, antropocentrismo, androcentrismo, eurocentrismo, colonialismo, urbanismo…. se distingue radicalmente del modo de vida de las culturas originarias de América Latina. El colonialismo y neo-colonialismo con su tendencia de superioridad que niega la cultura, la humanidad, la capacidad del Otro -por la simple razón de ser distinto a la cultura europea-, ha tenido sus impactos negativos en la vida de los pueblos originarios.



Por tanto es más sorprendente e inesperado, que justamente estos pueblos originarios –olvidados y marginados por nosotros los “civilizados”- hoy emergen con nuevo vigor después de más de 500 años y nos proponen a nuestro sistema de convivencia una alternativa: su propia experiencia milenaria que ha surgido de las raíces profundas de Abya Yala: el Buen Vivir.



Una cosa queda clara en medio de tanta confusión e inseguridad que está causando el cambio de épocas: debemos ser fieles a la ley de historia que exige para estos tiempos la vuelta a las fuentes, a las propias raíces, para encauzar desde allí la orientación hacia el futuro. Desde esta perspectiva debemos acoger este momento como un kairos ya que la crisis es siempre una oportunidad para crecer.



Disparador Histórico



Podemos contar con un disparador histórico que son las dos recientes Constituciones nacionales de América Latina, la de Ecuador 2008 y la de Bolivia 2009. Ambas se basan en el Buen Vivir, el  sumak kawsay.. Esta propuesta andina fue ofrecida también por un numeroso grupo de indígenas en el Foro Social Mundial (FSM) en enero 2009. Fue presentada a un público en búsqueda, procedente de todos los países del planeta. Resurgió del corazón de los pueblos originarios frente al sistema homogeneizante y alienante del neo- y post-liberalismo, como defensa de lo propio y autóctono. A partir de la amenaza de ser arrollados por nuestra sociedad, los pueblos indígenas rescataron y revaloraron su propio proyecto ancestral de convivencia.



I. El proyecto andino del Buen Vivir (Sumak Kawsay)

Esta propuesta nueva tan antigua del Buen Vivir nos habla de la búsqueda de plenitud de Vida que se consigue interrelacionando todo lo existente en su diversidad, en forma equilibrada, para alcanzar la armonía inherente a toda la vida en esta tierra. He aquí un bosquejo de relaciones diversas que manifiestan nuestra vida en toda su complejidad que es a la vez la gran riqueza de la vida:



a. La vida se manifiesta  en relaciones comunitarias dinámicas

La meta del Buen Vivir/Vivir Bien de los pueblos originarios andinos es la comunidad cósmica en armonía total. Los pueblos quechua y aymara como todos los pueblos originarios, conciben la vida en forma comunitaria, no solamente a nivel socio-humano, sino entre toda clase de vida, la que deben a dos fuentes: la de Pachakama (Padre cosmos, energía o fuerza cósmica) y la de Pachamama (Madre tierra, energía o fuerza telúrica). De esta unión equilibrada entre cielo y tierra toda forma de vida recibe su existencia. La misión del ser humano es vivir su  vida cotidiana de modo espiritual (unión cielo-tierra) con la misión sagrada de reconstituir el equilibrio en la tierra mediante el restablecimiento de interrelaciones siempre cuando éstas se encuentran interrumpidas, rotas o desequilibradas, para avanzar en el camino hacia la comunidad cósmica.



b. Lo dual es complementario

Desde el   principio de su convivencia con diferentes culturas, los pueblos andinos han percibido que la diversidad es una riqueza (cf. preámbulo de la Constitución boliviana), pues da la oportunidad de complementarse. A partir de esta experiencia consiguieron elaborar una gran sabiduría. Un ejemplo elocuente es su visión del individuo y de la comunidad que no es una relación antagónica sino también complementaria ya que el individuo no desaparece dentro de la comunidad, sino emerge en su capacidad verdadera y natural dentro de la vida comunitaria. Comunidad e individualidad forman juntos un equilibrio. En el mundo andino la existencia es siempre coexistencia. Implica también el complemento de varón y mujer, para abarcar la existencia del ser humano (runa) más plenamente. El individuo sin pareja y sin comunidad es un ser carente de existencia plena. Todos los opuestos se encuentran y existen en un permanente proceso de complementariedad, siempre en busca del equilibrio. El equilibrio es lo que origina el Buen Vivir.



c. La Correlacionalidad en el universo

Para llegar a un Buen Vivir, Sumak Kawsay, los pueblos andinos buscan intensivamente una correlación entre los extremos.  Un ejemplo es la correlación entre lo macro y lo microcósmico, o la circulación entre la sangre y la circulación de los cuerpos celestes, o la armonía musical y el recorrido de los planetas.

En la cosmovisión andina existen tres espacios que también deben estar coherentemente en correlación armónica entre sí. Son los tres pachas: hanaq pacha (espacio celestial),  kay pacha (espacio terrenal) y ukhu pacha (espacio del inframundo). Estos tres espacios están en permanente búsqueda de correlación, para mantener la unidad mediante un equilibrio dinámico.



d. Una Visión holística de la Vida

Los pueblos andinos en busca del Buen Vivir, tienen una visión muy dinámica de la unidad e integración de las múltiples formas de vida, que incluye hasta las piedras. Todo lo existente mantiene y desarrolla su vida gracias a la interdependencia entre todos. Esta visión de constante movimiento para re-entrelazarse en equilibrio, da un gran dinamismo, también entre las diferentes dimensiones de una sola vida. El ser humano entra en ese dinamismo como una parte, no es el dueño del cosmos.



e. La Reciprocidad en forma de don

En la reciprocidad se expresa la ética del cosmos siguiendo el principio de que toda vida existente debe aportar a la formación de la gran red de interrelaciones que posibilita inaugurar la comunidad cósmica. Estas interrelaciones se constituyen gracias a la reciprocidad,  que alcanza a toda clase de vida, no solamente a la humana. Cada vez que uno se acerca a otro con un don gratuito que el otro necesita en este momento, se evoca una reciprocidad en el otro como querer responder. Es el modo de establecer una relación en un eterno dinamismo de dar y recibir en el que intercambian los roles de dadores y receptores, según la situación. En la visión indígena es la única manera de garantizar el equilibrio económico y ecológico. La reciprocidad no es considerada como obligación con la que uno debe corresponder matemáticamente con la misma medida, sino es un querer corresponder en la misma forma que recibió: en forma de don para mantener y consolidar la unidad; se trata de una actitud ética.



f. Lo ético es humano- cósmico

Sin embargo, la ética andina no se reduce al ser humano, como ya hemos dicho, sino es cósmica. En ella interactúan todos los integrantes de la comunidad cósmica, cada uno con su aporte específico. La actuación ética es la única forma de mantener el equilibrio en el cosmos. Para eso el ser humano tiene una posición excepcional. Su capacidad espiritual, la que debe cultivar mucho, le da una función ritual en esta tierra. Al presentar las ofrendas ceremoniales, él realiza un acto ético en nombre de toda la vida del cosmos. En este rito él celebra la renovación y el reestablecimiento de comunidad entre todos los integrantes vivos del cosmos mediante su interrelación.

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g. La sacralidad de toda la vida

Sin embargo, también los seres vivos no-humanos son habitados por espíritus divinos: los ríos, los cerros, los lagos, las llanuras: todos ellos son lugares de manifestaciones divinas. En este sentido, la Tierra y el Universo entero, son sagrados porque están habitados por Dios. Él está en todo el universo, dinamizando y relacionándose con todos los miembros e integrantes de la comunidad cósmica. Dios no es un Ser lejano, substancial, autosuficiente, desligado de su creación, sino Él es todo en todos: trascendente e inmanente, en la cotidianidad y en las interrelaciones cósmicas (No se trata de un panteísmo, sino de un pan-enteismo), y especialmente cuando se logra la armonía.



h. Vivir bien no es  vivir mejor

El Buen Vivir no es lo mismo que vivir mejor lo que apunta a la acumulación económica o hacia el éxito individual. El Buen Vivir tiene otras prioridades. La preocupación por acumular, por tener éxito como persona, es analizada  de la sabiduría andina como no favorable al Buen Vivir porque debilita el sentido comunitario y lleva progresivamente al individualismo.

El principio y fundamento del Buen Vivir es que los humanos se reconozcan parte de la vida de la Madre Tierra y del cosmos; toda la vida es considerada como una convivencia en interdependencia entre diferentes que son partes de un todo y así  se complementan. Solamente hay un verdadero Buen Vivir cuando todas las partes puedan disfrutar plenamente de su vida gracias al complemento del otro.



i. Sintonización con los ciclos de vida

La Madre Tierra / tiene sus ciclos: época de siembra, de cosecha, de descanso, de removerla, de abonarla, de regarla, veda para la caza. También el cosmos tiene sus ciclos: día y noche, estaciones del año, ciclo de la luna, etc. La historia humana también tiene sus ciclos: época de ascenso y de descenso de cada civilización. Incluso la vida humana tiene sus ciclos: nacimiento, crecimiento, adultez, vejez, muerte; actividad, descanso, recreación. Es de gran importancia en la cosmología andina que los seres humanos entren en sintonía con los ritmos y ciclos de la naturaleza y del cosmos.



j. El Buen Vivir lleva a un determinado modo de vivir con las siguientes exigencias:



- Desarrollar una espiritualidad con visión holística-comunitaria

- Interrelacionarse en igualdad con todos los seres vivientes en su diversidad

- Practicar la reciprocidad como don para llegar a una interdependencia voluntaria

- Asumir la ética cósmica como responsabilidad humana

- Buscar la complementariedad en la diversidad

- Tomar las decisiones en consenso comunitario

- Vivir una economía comunitaria no acumulativa

- Entrar en sintonía con los ciclos de la naturaleza y del cosmos

- Respetar la sacralidad de toda la vida

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